¿Pueden las soluciones de micromovilidad revolucionar el reparto urbano y allanar el camino hacia un futuro más sostenible? Mark Patrick, director de contenido técnico en Mouser Electronics EMEA, nos lo aclara en este artículo de fondo.
De acuerdo con las predicciones actuales, para finales de 2024, los consumidores habrán gastado casi 11 billones de dólares en productos y servicios por internet, lo que muestra que la demanda en este campo sigue creciendo. Hasta hace poco tiempo, estos productos se repartían con los medios de transporte convencionales; sin embargo, en la última década, ha habido un incremento en las soluciones de micromovilidad para aplicaciones comerciales de distribución y transporte, sobre todo en las ciudades y los centros urbanos.
El concepto de micromovilidad hace referencia al conjunto de vehículos pequeños, ligeros y alimentados con batería que recorren distancias cortas a una velocidad de unos 25 km/h, como las bicicletas eléctricas, los patinetes o los vehículos eléctricos (VE) pequeños. El uso de estos vehículos ligeros está abriendo nuevas oportunidades para que las empresas distribuyan sus productos en ciudades con un nivel alto de población, sobre todo en la denominada «entrega de último kilómetro», donde los vehículos grandes convencionales pueden encontrarse con problemas de tráfico, aparcamiento o accesibilidad.
La evolución del transporte
El mundo del transporte ha ido cambiando a lo largo de los años, en parte, por la necesidad de encontrar alternativas más sostenibles y eficientes para los vehículos que funcionan con combustibles fósiles.
Además de los problemas medioambientales, los avances tecnológicos y los cambios en las preferencias de los conductores han impulsado un cambio, lo que ha permitido que el sector del automóvil se haya abierto a los VE como una alternativa viable. Los avances en la tecnología de las baterías, las ayudas gubernamentales y el crecimiento de la red de estaciones de recarga y de la infraestructura relacionada han transformado lo que era un segmento de mercado muy específico en una opción bastante popular entre los propios conductores.
La revolución de los VE también ha impulsado la innovación y ha generado la llegada de los vehículos eléctricos ligeros (VEL) a aquellas zonas donde el espacio es limitado y el aparcamiento es muy escaso, como el centro de las ciudades y las grandes áreas urbanas.
Se trata de vehículos pequeños que maximizan su tamaño y que son respetuosos con el medio ambiente, así que tienen ventajas considerables con respecto a los coches, los camiones o las furgonetas; en definitiva, son una opción ideal para el uso logístico y para escenarios de «entrega de último kilómetro».
Los vehículos para el transporte comercial y la entrega con micromovilidad también son más manejables que los camiones grandes, así que pueden transitar por áreas congestionadas y llegar al destino con mayor rapidez y eficiencia.
Además, utilizan motores eléctricos, lo que genera cero emisiones y reduce la huella de carbono, si los comparamos con los camiones y las furgonetas que funcionan con gasolina. Gracias a estos VEL para la micromovilidad, las empresas pueden mejorar la sostenibilidad de sus operaciones logísticas y reducir la congestión y las emisiones localizadas en ciudades y áreas urbanas.